viernes, 23 de enero de 2009

El alma del Gótico


Barría las calles una brisa fría y cortante que sembraba a su paso pinceladas de vapor. Un sol acerado arrancaba ecos de cobre al horizonte de tejados y campanarios del barrio gótico. Faltaban todavía varias horas para mi cita con Bea en el claustro de la Universidad y decidí tentar a la suerte y acercarme a visitar a Núria Monfort...

La plaza de Sant Felip Neri es apenas un respiradero en el laberinto de calles que traman el barrio gótico. Los impactos del fuego de ametralladora en los días de la guerra salpicaban los muros de la iglesia. Aquella mañana, un grupo de chiquillos jugaba a soldados, ajenos a la memoria de las piedras.

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