viernes, 7 de agosto de 2009
Y de pronto la lluvia...
Un manto de nubes chispeando electricidad cabalgaba desde el mar. Hubiera echado a correr para guarecerme del aguacero que se avecinaba, pero las palabras de aquel individuo empezaban a hacer su efecto. Me temblaban las manos y las ideas. Alcé la vista y vi el temporal derramarse como manchas de sangre negra entre las nubes...
Intenté apretar el paso, pero la inquietud me carcomía por dentro y caminaba perseguido por el aguacero con pies y piernas de plomo.
Un trueno descargó cerca, rugiendo como un dragón enfilando la bocana del puerto, y sentí el suelo temblar bajo mis pies.
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Una buena foto y un mejor procesado.Una delicia.
ResponderEliminarYo también encontré en tu ciudad, el cementerio de los libros olvidados. Varios amigos compartimos escenario y tuvimos la misma sensación; ahora que te leo, me doy cuenta de que de un modo u otro tu también habías pasado por allí.
ResponderEliminarUn placer Nuria. Habrá más ocasiones y más queimadas......
Imagino que este es tu antiguo blog... pero bueno, no importa, existe y por eso estoy aquí :)
ResponderEliminarUn besito Núria
un color precioso y el reflejo el mejor detalle.
ResponderEliminarGali
http://laquimicafunciona.blogspot.com
Ahí...el regalo de la lluvia en forma de reflejo y , aquí , el regalo de tu imagen.
ResponderEliminarBeso.